T, vigésima letra del
alfabeto, llamada absurdamente por los griegos “tau”. En el alfabeto de donde
procede el nuestro, tenía la forma del tosco tirabuzón de la época, y cuando se
tenía sola (cosa que los fenicios no siempre podían hacer) significaba Tallegal,
que el erudito doctor Brownig traduce por “trabapies”.
Tacaño, adj. El que indebidamente quiere
conservar lo que muchas personas meritorias aspiran a obtener.
Tarifa, s. Escala de impuestos a las
importaciones destinada a proteger al productor local contra la avidez de sus
consumidores.
Tecnicismo, s. En un tribunal inglés, un
hombre llamado Home, que acusaba a un vecino de asesinato, fue procesado por
calumnias.
Sus palabras exactas fueron: “Sir
Thomas Holt tomó un hacha y golpeó a su cocinero en la cabeza, de modo que una
parte de la cabeza cayó sobre un hombro, y la otra parte sobre el otro hombro”.
Home fue absuelto, a indicación del tribunal; los doctos jueces declararon que
sus palabras no constituían una acusación de asesinato, ya que no afirmaban la
muerte del cocinero, y que esta era una simple inferencia.
Tedio, s. Ennui, estado o condición en que
uno está aburrido. Se han sugerido muchas fantasiosas etimologías de la
palabra, pero el sabio Padre Jape dice que deriva de una fuente muy obvia, las
primeras palabras del viejo himno latino The Deum Laudamus. En esta derivación
aparentemente natural hay algo que entristece.
Teléfono, s. Invención del demonio que
suprime algunas de las ventajas de mantener a distancia a una persona
desagradable.
Telescopio, s. Artefacto que tiene con el
ojo una relación similar a la que tiene el teléfono con el oído, permitiendo
que objetos distantes nos mortifiquen con multitud de detalles inútiles.
Afortuna-damente carece de una campanilla que nos llame al sacrificio.
Temerario, adj. Insensible al valor de
nuestros consejos.
Tenacidad, s. Cierta cualidad de la mano
del hombre en su relación con la moneda corriente. Alcanza su mayor desarrollo
en las manos de la autoridad, y se considera un equipo útil para hacer carrera
en política.
Tenedor, s. Instrumento usado
principalmente para llevarse animales muertos a la boca. Antes se empleaba para
ese fin el cuchillo, y muchas personas dignas siguen prefiriéndolo al tenedor,
que no rechazan del todo, sino que usan para ayudar a cargar el cuchillo.
Que estas personas no sufran una
muerte atroz y fulminante, es una de las pruebas más notables de la
misericordia de Dios con aquellos que lo odian.
Teosofía, s. Antigua fe que posee toda
la certidumbre de la religión y todo el misterio de la ciencia: El moderno
teósofo sostiene, con los budistas, que vivimos incalculable número de veces en
esta tierra, en otros tantos cuerpos, porque una vida sola no basta para
completar nuestro desarrollo espiritual, o sea para volvernos tan buenos y
sabios como desearíamos. Ser absolutamente bueno y sabio, ésa es la perfección;
y la penetrante visión del teósofo le ha permitido observar que todo lo que
desea mejorar, eventualmente alcanza la perfección. Observadores menos
competentes pretenden exceptuar a los gatos, que nunca parecen mejores ni más
inteligentes que el año pasado. La más grande y gorda de las teósofas recientes
fue Madame Blavatsky, que no tenía gato.
Tiempo, s. El clima de una hora.
Permanente tema de conversación entre personas a quienes no interesa, pero que
han heredado la tendencia a charlar sobre él, de antepasados desnudos y
arbóreos a quienes les interesaba vivamente. El establecimiento de oficinas
meteorológicas oficiales y su persistencia en la mendacidad demuestran que aun
los gobiernos pueden ser persuadidos por los rudos antepasados de la jungla.
Tierra, s. Parte de la superficie del
globo, considerada como propiedad.
La teoría de que la tierra es un
bien sujeto a propiedad privada constituye el fundamento de la sociedad
moderna, y es digna de esa sociedad. Llevada a sus consecuencias lógicas,
significa que algunos tienen el derecho de impedir que otros vivan, puesto que
el derecho a poseer implica el derecho a ocupar con exclusividad, y en realidad
siempre que se reconoce la propiedad de la tierra se dictan leyes contra los
intrusos. Se deduce que si toda la superficie del planeta es poseída por A, B y
C, no habrá lugar para que nazcan D, E, F y G, o para que sobrevivan si han
nacido como intrusos.
Tinta, s. Innoble compuesto de
tanogalato de hierro, goma arábiga y agua, que se usa principalmente para
facilitar la propaga-ción de la idiotez y promover el crimen intelectual. Las
cualidades de la tinta son peculiares y contradictorias: puede emplearse para
hacer reputaciones y para deshacerlas; blanquearlas y ennegrecerlas; pero su
aplicación más común y aceptada es a modo de cemento para unir las piedras en
el edificio de la fama, y de agua de cal para esconder la miserable calidad del
material. Hay personas, llamadas periodistas, que han inventado baños de tinta,
en los que algunos pagan para entrar, y otros pagan por salir. Con frecuencia
ocurre que el que ha pagado para entrar, paga el doble con tal de salir.
Tipografía, s. Pestilentes trozos de
metal, sospechosos de destruir la civilización y el progreso, a pesar de su
evidente papel en este diccionario incomparable.
Tomar, v. i. Adquirir, frecuentemente
por la fuerza, pero preferi-blemente por la astucia.
Tonto, s. Persona que satura el
dominio de la especulación intelectual y se difunde por los canales de la
actividad moral. Es omnífico, omniforme, omniperceptivo, omnisciente,
omnipotente. Fue él quien inventó las letras, la imprenta, el ferrocarril, el
vapor, el telégrafo, la perogrullada y el circulo de las ciencias. Creó el
patriotismo y enseñó la guerra a las naciones, fundó la teología, la filosofía,
el derecho, la medicina y Chicago. Estableció el gobierno monárquico y el
republicano.
Viene de la eternidad pasada y se
prolonga hasta la eternidad futura. Con todo lo que el alba de la creación
contempló, tontea él ahora. En la mañana de los tiempos, cantaba en las colinas
primitivas, y en el mediodía de la existencia, encabezó la procesión del ser.
Su mano de abuela esta cálidamente cobijada en el sol puesto de la civilización,
y en la penumbra prepara el nocturno plato del Hombre, moralidadleche, y abre
la cama del sepulcro universal. Y después que todos nos hayamos retirado a la
noche del eterno olvido, él se sentará y escribirá una historia de la
civilización humana.
Trabajo, s. Uno de los procesos por los
que A adquiere bienes para B.
Trabar amistad, v. i. Fabricar un ingrato.
Tregua, s. Amistad.
Trigo, s. Cereal del que puede
extraerse un whisky tolerable, y que se usa también para hacer pan. Los
franceses tienen el mayor consumo de pan per capita, lo que es natural, porque
sólo ellos hacen un pan que se puede tragar.
Trinidad, s. En el teísmo múltiple de
ciertas iglesias cristianas, tres divinidades completamente distintas,
compatibles con una sola.
Las divinidades inferiores de la fe
politeísta, tales como demonios y ángeles, carecen de esta facultad
combinatoria, y deben procurarse individual-mente su adoración y sacrificios a
que son acreedoras. La
Trinidad es uno de los más sublimas misterios de nuestra
santa religión. Al rechazarla por incom-prensible, los Unitarios demuestran no
aceptar los fundamentos de la teología. En religión, creemos solamente aquello
que no comprendemos, salvo en el caso de una doctrina ininteligible que se
contradice con otra incomprensible. Siendo así, creemos en la primera como
parte de la segunda.
Triquinosis, s. Réplica del cerdo a la
porcofagia.
Moisés Mendelssohn cayó enfermo y
mandó llamar a un médico cristiano, quien rápidamente diagnosticó la dolencia
del filósofo como triquinosis, aunque con sumo tacto le dio otro nombre.
-Usted necesita un inmediato cambio
de régimen -le dijo- Debe comer seis onzas de cerdo día por medio.
-¿Cerdo? -aulló el paciente.
¡Jamás! ¡Ni tocarlo!
-¿Lo dice en serio? -preguntó
gravemente el medico.
-¡Lo juro!
-Bien. Entonces trataré de curarlo.
Troglodita, s. Específicamente habitante
de las cavernas de la era paleolítica, después del Arbol y antes del
Departamento. Una famosa comunidad de trogloditas vivió con David en la Cueva de Adullam.
Estaba formada por “todos los que
padecían desgracia, y todos los endeudados, y todos los descontentos”; en
resumen, por todos los socialistas de Judea.
Tsétsé, mosca, s. Insecto africano (Glossina
morsitans) cuya mordedura es considerada el remedio más eficaz contra el
insomnio, aunque algunos pacientes prefieren ser mordidos por un novelista
norteamericano (Mendax interminabilis).
Tumba, s. Pabellón de la Indiferencia. Actualmente
el consenso general inviste a las tumbas de cierta santidad, pero cuando han
estado ocupadas mucho tiempo, no se considera pecado abrirlas y saquearlas; el
famoso egiptólogo doctor Huggyns explica que una tumba puede ser inocentemente
“visitada” cuando su ocupante ha terminado de oler, pues eso significa que ha
exhalado toda su alma. Esta razonable opinión es unánimemente aceptada por los
arqueólogos y ha dignificado considerablemente la noble ciencia de la Curiosidad.
Tumulto, s. Entretenimiento popular
ofrecido a los militares por espectadores inocentes.
Turba, s. En una república, aquellos
que ejercen una suprema autoridad morigerada por elecciones fraudulentas. La
turba es como el sagrado Simurg, de la fábula árabe: omnipotente, a condición
de que no haga nada.
1.007. Briece (Ambrose)
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