Un campesino echó de su
casa a un perro viejo. Al perro se le ocurrió salir al campo para alimentarse
de ratones. Estaba en el campo, cuando le vio un pájaro carpintero, y se
hicieron amigos.
-Tengo hambre -dijo el
perro.
-Pues vamos al pueblo
-contestó el pájaro carpintero. Están de boda, conque podremos encontrar
comida.
El pájaro carpintero se
metió en la casa donde estaban de boda y se puso a corretear por las mesas. Los
invitados empezaron a tirarle todo lo que encontraban a mano, hicieron un
estropicio tremendo y mucha comida cayó debajo de la mesa. En medio de aquel
barullo, el perro entró en la casa sin que nadie se diera cuenta, se metió
debajo de la mesa, comió hasta hartarse y se marchó.
-¿Has saciado el hambre?
-le preguntó el pájaro carpintero.
-El hambre, sí; pero ahora
tengo sed.
-Entra en aquella otra
casa: hay un viejo, que está sacando vino de un barril.
El pájaro carpintero entró
volando por un ventanuco, se posó encima del barril y empezó a pegar picotazos
para hacer un agujero. El viejo quiso espantarle y le tiró el embudo, pero no
acertó. El embudo echó a rodar y, mientras el viejo lo buscaba por todos los
rincones sin encontrarlo, el vino fluía a más y mejor del barril al suelo. El
perro entró entonces en la casa, bebió cuanto quiso y se marchó. Cuando volvió
a encontrarse con el pájaro carpintero, le dijo:
-Ahora que he comido bien y
estoy borracho, me gustaría divertirme.
-Está bien -contestó el
pájaro carpintero.
En esto vieron a unos
campesinos trillando. Inmediatamente, el pájaro carpintero se posó en el hombro
de unos de ellos y empezó a pegarle picotazos en la nuca. Otro campesino agarró
una estaca y quiso atizarle al pájaro, pero lo que hizo fue derribar a su
compañero. ¡Había que ver al perro revolcarse de risa!
Luego, el pájaro carpintero
y el perro se encontraron con una zorra en medio del campo. El pájaro
carpintero se puso a distraer su atención revoloteando hacia arriba y hacia
abajo. Mientras la zorra lo perseguía a campo traviesa, el perro se le acercó
por detrás con mucho cuidado, pegado a la tierra, cayó sobre ella y le clavó
los dientes.
Un campesino que pasaba por
allí cerca con un carro de pucheros para vender en la ciudad vio al perro
pegándole dentelladas a la zorra, corrió hacia ellos enarbolando una estaca y
la descargó con tanta fuerza que los mató a los dos.
Furioso contra el
campesino, el pájaro carpintero se posó sobre la cabeza de su caballo y empezó
a picarle los ojos. El hombre acudió a todo correr con la estaca para matar al
pájaro carpintero, pero le falló el golpe, y le pegó un estacazo tan fuerte al
caballo, que lo dejó muerto allí mismo.
Pero el pájaro carpintero,
después de esquivar el golpe, se montó en el carro y echó a correr sobre los
pucheros agitando las alas. El campesino se lanzó tras él, pegando estacazos a
ciegas, hasta que hizo añicos todos los pucheros y volvió a su casa sin nada.
En cuanto al pájaro
carpintero, se marchó al bosque.
Cuento popular ruso
1.001. Afanasiev (Aleksandr Nikolaevich)
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