-Doctora acaba de llegar el Señor
R-4-O
-Gracias mi secretaria. Hágale
pasar y por favor no se olvide de preparar los papeles que le pedí. A las
diecinueve horas me esperan en televisión.
-No se preocupe estará todo listo..
-Gracias mi secretaria. Y ahora por
favor haz pasar al señor R-4-O.
-Buenas tardes Doctora Carlota, soy
R-4-O.
-Encantada de conocerle señor
R-4-O. Siéntese y por favor, dígame en que puedo ayudarle.
-No puedo creerlo. Es horrible. No
sé si debería irme de aquí en este mismo momento. No puedo creerlo y menos
conociendo su reputación. Es desconcertante y flojo, realmente flojo. Acaba de
decir las mismas palabras que él último siquiatra que visite. Malos augurios, pues
termine de muy malas maneras con ese siquiatra de pacotilla. Y usted, por lo
oído, esta cortada con el mismo patrón. Yo pensaba que en su oficio, la
originalidad se daba por hecho, pero sin duda estaba equivocado. Los siquiatras
como todo el mundo, son una repetición de otra repetición, que después, seguirá
la repetición de otra nueva repetición. Y así hasta donde estamos en este
momento. En una pura y simple repetición. Si no fuera por los que todavía somos
originales, este mundo no sé a donde iría ha parar. En realidad, si lo sé, iría
ha parar a la repetición de la repetición, de la anterior repetición.
-Esta bien señor R-4-O. Cálmese. No
se sulfure. Es simplemente una frase echa. Solo pretendía emprender una charla
amigable. Romper de alguna manera la barrera entre medico y paciente.
-Doctora estoy cansado, agotado,
tristemente flácido de frases echas. Me gustan las frases originales, quiero,
suspiro por la originalidad. Me entiende Doctora. Detesto las monsergas. La
repetición, el repetir, el repetir y más y más y más. Harto, harto. Sucumbo
doctora sucumbo.
-Tranquilícese. No se sulfure.
Escúcheme unos segundos. Veo en su ficha médica que es usted un hombre
absolutamente original.
-Así es Doctora. Soy original por
los cuatro costados. Por los cuatro puntos cardinales. También en esa ficha
leerá que es un artista incalificable, único y singular.
-Un momento. A ver. Si tiene usted
razón. Leo en su ficha que es artista y precisamente de esas características
que dice.
-También leerá que soy un artista
original, ¿No Doctora?
-A pues si, tiene razón, leo
claramente en su ficha: Señor R-4-0. Artista original.
-Soy pintor y escultor. O escultor
y pintor. Porque nunca se sabe si es antes la pintura que la escultura. Unos
dicen que la pintura es anterior a la escultura, otros en cambio dicen que la
escultura más importante que la pintura. Bueno en fin lo importante es que sea
original. Y yo doctora soy la esencia de la originalidad. Tengo que decirle que
mis obras están en los museos más exigentes del mundo. Los mas avanzados, los
mas vanguardistas, los que realmente solo aceptan obras originales de artistas
como yo esencialmente originales. Un Crítico sin duda ilustrado dijo en una
ocasión que con mi talento podría plasmar en un lienzo el sueño mas profundo
del hombre más sabio. Es sin duda una critica excelente. ¿Verdad Doctora?.
-Magnifica. Le felicito. Muy pocos
artistas pueden decir lo mismo. Por lo general mueren sin reconocimiento
ninguno.
-Pamplinas Doctora. Otra frase
echa. Los artistas realmente buenos. Los originales como yo, vivimos de nuestro
arte, de nuestras cualidades innatas. Los auténticamente geniales tenemos al
mundo por clientes. Nuestro talento abre con llave de oro la puerta del éxito,
de la fama, de la gloria. Somos la luz que siguen los ilusos que tratan de
imitarnos. Los reyes nos quieren por amigos, pues, ellos al igual que nosotros
somos por nacimiento superiores.
-Un grandísimo artista de obras
originales. Un genio creador de obras de arte. Le diré que, mi ultima escultura
se colocara en el cruce de las Avenidas X+Y que es como usted sabe la mas
transitada de la ciudad. Pensaba titularla "Espacio VI", pero he
cambiado de opinión y lo voy ha llamar."La Divina Avenida ".
Pues, como le dije se situara en la avenida X+Y. Es una obra tallada en mármol
negro de Centro Europa. Si duda, causara sensación. El bloque de piedra costo
una fortuna. "Espacio VI" o no "La Divina Avenida ",
quiero decir. Irradia arte. Le prometo Doctora que, me muero por ver la
escultura concluida. El artesano tallador es francamente bueno, pero también,
desesperantemente lento, por no decir otra cosa. Cada vez que voy a supervisar
la obra siempre me sale con la misma canción. Que si no puede meter el cincel
para tallar tal parte de la escultura porque tal otra se lo impide. Que
aparecen vetas ha cada golpe de cincel. En fin un pesado. Y lo peor es que se
cree alguien por tallar mi obra. Hoy en día es dificilísimo encontrar un
tallador que se ajuste escrupulosamente a los bocetos originales. Desde luego
las escuelas están en franca decadencia. Cuando este concluida, Bernini
resucitara de envidia y Rodin de rabia.
-Estoy fascinada. Realmente es
usted un artista.
-Así es Doctora. “PERO”.
-Y ese "PERO", Señor
R-4-0 me sorprende en un alma creadora como la suya.
-Así es Doctora.
-Cuénteme, estoy convencida que ese
"PERO" suyo es la causa de su visita.
-En cierta manera así es.
-Usted es artista. Estoy convencida
que le será sencillo esculpir ese ¨PERO¨ con tantísimo arte y originalidad que,
cuando me lo enseñe, no dudare en aconsejarle de la manera acertada. Soy, como
usted sabe siquiatra y receptora inigualable, así pues. Transmítame, dígame,
pínteme ese "PERO" para poder recetarle el remedio acertado.
-No es sencillo. El lenguaje no es
mi oficio. Podría esculpir un "PERO" incluso pintar un
"PERO" de óleo sobre lienzo, pero Doctora del "PERO" que
hablamos es realmente complicado.
-Me temo Seño R-4-O que no es
cuestión de lenguaje, pues, talento no le falta. Sin duda es de confianza.
Desnúdese intelectualmente. Estamos usted y yo solos en este despacho. Mis
labios están sellados con el lacre más puro.
-De acuerdo, Doctora de acuerdo. El
caso es que, todo mi discurso anterior ha sido una farsa para ocultar mi
"PERO"
-Eso ya lo sabia, Señor R-4-O-.
-¡Que ya lo sabia Doctora!
-A si es. Y continué.
-Es increíble, ha usted no hay
quien le engañe.
-A sí es. Continué.
-El caso Doctora es que no tengo
amor.
-Eso ya lo sabía. Continué.
-¿Que ya lo sabia?
-Así es continué.
-Está bien Doctora, ese pero del
que hablamos es un "PERO" de amor. Desconozco en amor. Soy incapaz de
amar y envidio a los que aman. Y el amor dicen que es algo increíblemente bello
y yo siendo un artista de éxito no lo conozco. Si llegara a experimentarlo mi
arte se multiplicaría por cien, por mil. Seria Dios. Todo el mundo me adoraría.
Doctora enséñeme ha amar y yo sabré recompensarla..
-Me pide algo muy sencillo y ha la
vez muy complicado. Aun así le recetare los remedios necesarios para que
aprenda a amar. Su caso a fin de cuentas es un mal muy extendido en Occidente.
-Doctora, si usted me enseñara amar
yo la amaría. Es mas, ya en este instante la amo.
-No señor R-4-O. Eso dígaselo a las
prostitutas que frecuenta. El "PERO" el amor del que tratamos no es
precisamente este. Y usted lo sabe. El amor que usted quiere descubrir es otro
bien distinto. Y yo como le dije se lo recetare.
-Ay Doctora, Ay Doctora. Cuan feliz
me hace. Yo un artista excepcional conocedor del amor verdadero. Seré
imparable. Dígame Doctora. Recéteme amor.
-Le aseguro que, si realmente esta
dispuesto a amar, le va ha costar un ojo de la cara.
-¿Un ojo de la cara?, entonces
sintiéndolo mucho prefiero seguir como estoy.
-No quería decir exactamente eso.
Lo que quiero que sepa es que le costara una verdadera fortuna.
-De que cifra esta hablando
Doctora.
-De una cifra disparatada diría yo.
-Cuanto es. Le extenderé un cheque
en este instante. Que por dinero no sea. Estoy dispuesto a pagar cualquier
cantidad. Después lo recuperare con creces. Una vez conocido el amor mis obras
alcanzaran precios estratosféricos.
-Me temo que no es ni tan sencillo
ni tan barato.
-Explíqueme doctora por que no lo
entiendo.
-En primer lugar donara la mitad de
su dinero a los pobres de la parte este de la Ciudad. Y en segundo
lugar, durante los próximos siete años cobrara por sus obras lo mismo que un
maestro de la escuela primaria.
-Doctora la verdad, jamás imagine
que el amor verdadero saliera tan caro.
-Lo autentico, lo verdadero siempre
es costoso señor R-4-O.
-Doctora no me diga eso. Es...
-Así es. La única manera de sanar
su "PERO" es esta. Es una receta infalible. Es de libro.
-Menudo libro doctora. Y usted
conoce el amor verdadero.
-Aquí no estamos para hablar de mis
problemas. Son los suyos los que tratamos y graves que son. No conocer el amor
verdadero es una enfermedad muy delicada, que con el tiempo degenera en
crónica. Se dan casos fatales y la muerte por falta de amor verdadero, es, se
lo aseguro, una muerte estremecedora.
-Doctora. No puede recetarme algo
mas, como diría yo, menos traumático.
-Imposible. Es usted libre.
-¿Que haría usted en mi lugar?
-Yo no estoy en su lugar. Yo le he
recetado lo adecuado para sanar su "PERO" ahora es usted el que tiene
que elegir. Solo es eso. Si todos mis pacientes necesitaran un remedio tan
sencillo me dedicaría ha leer novelas policíacas y abstraerme mirando ese
cuadro que me mando un antiguo enfermo, que como usted sufría el mal del
"PERO" en vez de pasarme horas y horas estudiando Metafísica clínica.
-No me había fijado, es una obra
maestra. ¿Quién lo firma?
-Tendría que buscar en el archivo
de enfermos. No recuerdo su nombre. Ese lienzo sí se fija esta firmado por un
tal AMOR.
-Pues, ese tal amor pinta como los
Ángeles.
-Así es señor R-4-O. Ahora
permítame. Un nuevo paciente espera mi consulta.
-Adiós Doctora Carlota. Adiós y
gracias.
FINAL DE LA CONSULTA R-4 -O
1.010. Mingo (Eusebius)
No hay comentarios:
Publicar un comentario