Dicen que el duque de Borgoña proporcionó a La Fontaine el tema para la
presente fábula. Dejemos la introducción dedicada por el insuperable poeta bonhomme al niño de ocho años que
escribía, diz, apólogos en versos, y vamos al cuento.
En aquellos días andaba Zorropiel disgustado de su
profesión. ¿Dónde está el que no se queja de la suya? hace siglos que Horacio
nos mostró al soldado envidioso del campesino, al destripaterrones ansiando la
suerte del que vive en ciudad, al hombre de letras que canta la dicha del
leñador. Todos creemos que nuestro vecino es el que acertó; por su parte, él
piensa exactamente lo mismo de nosotros. Pero:
"Se a
ciascun l'interno affanno
Si leggesse
in fronte scritto,
Quanti mai
che invidia fannu
Ci farebbero
pietá!"
De modo que Zorropiel andaba asaz disgustado, e iba diciendo
no sé qué cosas cuando, al doblar un cerco, dió de narices con maese Lobo que
caminaba a emboscarse.
-"¡Cuerpo de un pavo!", ladró Zorropiel,
"no podía encontrar mejor aliado. Pagaré lo que quieras, pero me vas a
ayudar una vez en la vida. Estoy harto de exponer mis días, rondando las
gallinas; total sólo atrapo algún gallo viejo, alguna gallina apestada, algún
pollito puro hueso y pluma. Ya estoy nauseado. Tu menú es mucho más variado, y
su confección es menos peligrosa. Nadie te obliga a acercarte a las casas: corderos,
cabras, lechones vagan más de una vez en desplobado..."
-"Estás viendo mi vida con cristales rosados,
Zorropiel te aseguro que tienen que sudar mucho los dientes primero que se
hinquen en esas viandas".
-"Estoy dispuesto a todo, camarada. Basta que me
enseñes el oficio".
-"Entonces, ven".
Y lo llevó a la espesura donde le revistió la piel de
un lobo muerto poco tiempo atrás. Acto seguido le enseña la táctica y estrategia
lobuna en la ofensiva y la defensiva, con pocas pero buenas lecciones. Su
principal estrategia consistía en alejar del rebaño a los mastines con falsas
alarmas, y luego arremeter con ataque fulminante. Al principio Zorropiel no
daba pie con bola, pero al tercer día ya era un gusto verlo maniobrar; al cabo
de la semana podía enseñar a su jefe.
Cabalmente dos días después, un rebaño costeaba el bosque.
Nuevo Patroclo revestido de las armas de Aquiles, acude, corre, vuela Zorropiel
del flanco al frente y a la retaguardia sembrando la confusión y el espanto.
Creyendo tener una manada de lobos encima la balante grey se arremolina y huye
al villorrio, arrastrando en su derrota, pastores, mastines y dogos.
Tendida en aquel campo de Agramante queda una pobre
oveja, derribada por sus propias compañeras. Zorropiel se ampara de ella y la
lleva triunfalmente, cuando héte aquí que de un árbol vecino parte un sonoro
cucurucú... Detiénese, como a la voz de mando, el zorro, suelta la oveja,
despréndese en un bativoleo de su disfraz y, en cuatro zancadas, se coloca, hocico
arriba, al pie del peral en que cantaba el gallo.
De su memoria se habían esfumado repentinamente lobos.
ovejas, pastores, táctica y estrategia lobunas.
"En
llegando la ocasión, el instinto se sobrepone. Nos trasmuta el natural por
medios artificiosos".
1.087. Deimiles (Ham) - 021
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