Instrumentos
musicales indígenas
La música araucana se caracteriza por una cadencia
que remite al dolor y a la
angustia. La vida de este pueblo no era fácil, sobrevivir en
una tierra cubierta durante meses por la nieve implicaba una tenaz lucha
cotidiana. Durante el tiempo de las tormentas y de los grandes fríos cuando
debían mantenerse unidos y bajo techo, la música ocupaba entonces un lugar
fundamental en ese contexto. En estas largas estadías, posiblemente se hayan
dedicado a componer melodías y a idear con lo que tenían a su alcance, los
instrumentos musicales que lograron transmitir, de generación en generación, la
fuerza de su cultura.
La mayoría de estos instrumentos siguen deleitando
al pueblo mapuche y a quien quiera escucharlos, algunos de ellos son: cultrun,
pifilca, trutruca, quinquercahue o violín araucano, cullcull, pinquilhue, huala y cada‑cada.
Cultrun: es un tambor hecho con un tronco
de madera ahuecado, con forma de timbal. Forrado con un cuero de caballo bien
estirado. Se toca con un palito cuyo mango está adornado con hilos de colores.
Pifilca: flauta construida de madera o
hueso, corta, y suena como un silbato. Se la lleva colgada del cuello mediante
un cordón. En la actualidad, se la construye con tallas de madera de unos 30 a 40 centímetros . Al
tubo cerrado en su extremo inferior, se lo perfora más o menos hasta la mitad
de su largo. Emite un solo sonido, que se mezcla con el canto sin relación
rítmica ni tonal con el resto.
Trutruca: su sonido se asemeja al bramido
de un toro y simboliza la fuerza de la tribu. Está hecho de caña colihue y mide hasta
cuatro metros de largo. Se ahueca la caña partiéndola por la mitad, luego se
juntan las dos partes con hilos de lana y se la ferra con tripa de caballo. Por
un extremo se sopla y por el otro se coloca un cuerno de vaca. Junto con el
erke es el más grande aerófono existente en nuestro país. El lolquin es similar
pero mucho más pequeño, se fabrica con la caña del cardo llamado troltro.
Quinquercahue: prácticamente ha
desaparecido, tenía dos arcos (huesos de costilla) enhebrados entre sí por una
sola cuerda de crines de caballo. Se tocaba apoyando uno de los arcos contra
los dientes y el sonido, quejumbroso y doliente, se producía al pasar sobre él
la cuerda del otro arco.
Cullcull: su
misión era muy importante, esta corneta daba la señal de alarma ante una
emergencia y también en guerra. Para su fabricación, luego de la llegada de los
españoles, se usaban cuernos de buey.
Pinquilhue: uno de los instrumentos más antiguos,
similar a un flautín. Se hacía con el tallo del colihue.
Huala: es una maraca construida con una
calabaza que suena con semillas secas y a veces con piedritas.
Cada‑Cada: es una especie de sonaja, dos
grandes conchas que suenan frotando sus bordes.
Muchos de estos instrumentos suelen tocarse, todos a
la vez, durante las ceremonias rituales.
1.043. Parodi (Lautaro)
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