Regresando Pimienta, de efectuar el
pago de la Contribución
en Candás, antes de llegar a su casa, fué a la de D. Nicasio el Médico.
Apenas llamado hubo, salió a
recibirle de muy buen grado el doctor, por ser el recién llegado, persona de su
estimación.
-¡Pase, pase, Pimienta!
-¡Non! De dalguna manera. Na más
vengo a decí-i que en Cándás vióme D.
Tomás, el Médicu, y mandóme pa usté... recuerdos, D. Nicasio.
-¡Ah! Muy bien; es usted muy atento. Pero pase,
pase un momento.
-Insistió el Doctor.
-Non, munches gracies. Y...
recuerdos.
-Repitió Pimienta.
-Ya, ya se lo he oido. Pero entre,
hombre; no estamos bien a la puerta.
-Otru día cualquiera D. Nicasio.
Hoy non pué ser... conque... recuerdos.
-Le repito las gracias.
-Calmosamente replicaba D. Nicasio.
¡No quiere pasar!
-Non ye que disprecie, non. Pero
bueno... recuerdos D. Nicasio.
Volvió a decir Pimienta.
-Vaya hombre.
-Un poco amoscado decía el aludido.
-Le he dicho ya, que muchísimas
gracias.
-De ná, señor. Non paso, porque non
comí. Así que... recuerdos.
Entonces D. Nicasio, creyendo que
Pimienta, estaba en vena y pretendía tomarle el pelo, se indignó. Educadamente,
pero con energía, replicóle.
-Mire usted Pimienta. Para todas
las cosas es necesario la oportunidad.
Hasta para bromear. Estas no son
horas de bromas, sino de trabajo. ¿Entiende usted? Hace mal en venir a tomarme
el pelo.
Quedó Pimienta viendo visiones.
Nunca esperaba de D. Nicasio semejante
respuesta; pálido por lo acaecido, balbuciendo las palabras, respondió:
-Oiga señor médicu.
-Paez mentira que diga usté eso de
mí. Yo a usté respétolu y en jamás de los jamases y tomo el pelo. Pero mire
usté, yo soy un fiel cumplidor. D.
Tomás, mandóme da-¡
MIL recuerdos... y si
non perdí la
cuenta, entovía no-¡
dí más que CINCO...
Cuento asturiano
1.017. Busto (Mariano)
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