Translate

sábado, 15 de junio de 2013

Cuentos de muertos (3)

Un campesino partió de caza llevando a su perro preferido. Después de mucho andar por el bosque y pantanos sin encontrar nada, le sorprendió la noche oscura fuera del poblado. Pasaba cerca de un cementerio a hora tan desusada, cuando en una encrucijada vio a un muerto con su sudario blanco. El hombre se quedó sobrecogido, sin saber si seguir adelante o dar media vuelta.
«¡Bah! Seguiré adelante y ya veremos lo que pasa», se dijo.
Continuó, pues, su camino, seguido por el perro. En esto le vio el muerto y corrió a su encuentro, haciendo ondear el sudario y sin tocar el suelo con los pies. Cuando llegó a la altura del cazador se lanzó sobre él, pero el perro agarró al muerto por las pantorrillas y se lio a pegarle dentelladas. Viendo el campesino que el perro no soltaba al muerto, aprovechó para escapar a toda velocidad hacia su casa.
El perro estuvo peleando hasta que cantaron los gallos y el muerto se desplomó sin movimiento. Entonces corrió detrás de su amo, le dio alcance cuando estaba ya cerca de su casa y la emprendió a mordiscos con él. Tan furioso estaba y con tanta rabia le acometía, que a duras penas lograron librarle de él sus familiares.
-¿Qué le pasará al perro? -preguntaba la madre. ¿Por qué le habrá tomado ese odio a su amo?
El campesino refirió entonces lo sucedido.
-Hiciste mal, hijo mío -reprochó la madre. El perro se ha enfadado porque tú no le echaste una mano. Mientras él luchaba con el muerto, tú le abandonaste para salvarte. Ahora te guardará rencor mucho tiempo.
A la mañana siguiente todos se dedicaron a sus quehaceres, yendo y viniendo por el patio, y el perro como si tal cosa. Pero en cuanto aparecía su amo, empezaba a gruñirle.
Hubo que atarlo con una cadena. Así lo tuvieron un año entero, pero ni en todo ese tiempo olvidó el animal el mal comportamiento de su amo. Hasta que un día rompió la cadena y se tiró al cuello del cazador para ahogarle.
Entonces tuvieron que matar al pobre perro.

Cuento popular ruso

1.001. Afanasiev (Aleksandr Nikolaevich)


No hay comentarios:

Publicar un comentario