Había
una vez una joven doncella quien era muy linda, pero ociosa y negligente.
Cuando ella tenía que hilar, se ponía de tan mal genio que si topaba con
un pequeño nudo en el lino, inmediatamente sacaba toda la carrucha y lo tiraba
al suelo al lado de ella. Pero ella tenía a una criada que era muy laboriosa, y
recogía las carruchas y los trozos de lino que eran tirados por la doncella,
los limpiaba y los afinaba, y con ellos se había hecho un hermoso vestido para
sí misma.
Había también un
hombre joven que cortejaba a la muchacha perezosa, y la boda estaba a punto de
efectuarse. En vísperas de la boda, la laboriosa criada bailaba alegremente con
su vestido bonito, y la novia dijo:
-“¡Hey, como brinca
aquella muchacha, vestida con mis desperdicios!"
El novio oyó aquella
expresión, y preguntó a la novia qué quiso ella decir con eso. Entonces le dijo
que esa muchacha estaba usando un vestido hecho del lino que ella había tirado
al suelo como sobras y desperdicios. Cuando el novio oyó eso, y vio lo ociosa
que ella era, y cuan laboriosa era la muchacha pobre, él la dejó y fue donde la
criada, a la que eligió como su esposa.
1.018. Grimm (Jacob y Wilhem)
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