Vivía un pájaro carpintero
en un roble, donde hizo su nido y puso tres huevos de los que salieron tres
polluelos. Una zorra que había cogido la costumbre de andar por allí llegó un
día, pegó con el rabo contra el tronco húmedo y dijo:
-Bájate de este roble,
pájaro carpintero, porque yo tengo que tirarlo.
-¿Cómo eres así, zorrita?
Ni siquiera he podido criar a uno de mis polluelos.
-Échamelo a mí, y yo le
enseñaré el oficio de herrador.
El pájaro carpintero le
echó uno de los polluelos, y la zorra escapó por entre los arbustos, por entre
los setos, y se lo comió.
A los pocos días se
presentó otra vez, pegó con el rabo contra el tronco húmedo del roble y dijo:
-Bájate de este roble,
pájaro carpintero, porque yo tengo que tirarlo.
-¿Cómo eres así, zorrita?
Ni siquiera he podido criar a uno de mis polluelos.
-Échamelo a mí, y yo le
enseñaré el oficio de zapatero.
El pájaro carpintero le
echó uno de los polluelos, y la zorra escapó por entre los arbustos, por entre
los setos, y se lo comió.
Una vez más llegó donde el
pájaro carpintero, pegó con el rabo contra el tronco húmedo del roble y dijo:
-Bájate de este roble,
pájaro carpintero, porque yo tengo que tirarlo.
-¿Cómo eres así, zorrita?
Ni siquiera he podido criar a uno de mis polluelos.
-Échamelo a mí, y yo le
enseñaré el oficio de sastre.
El pájaro carpintero le
echó el último de los polluelos, y la zorra escapó por entre los arbustos, por
entre los setos, y se lo comió también.
Cuento popular ruso
1.001. Afanasiev (Aleksandr Nikolaevich)
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