¿Adónde vas, Juan? ‑pregunta
la madre.
‑A ver a Grettel ‑contesta
Juan.
‑¡Pórtate bien, Juan!
-Está bien, madre. ¡Adiós!
‑¡Adiós, Juan!
Y Juan se fue a ver a Grettel.
‑Buenos días, Grettel.
‑Buenos días, Juan. ¿Qué me
has traído?
‑No te he traído nada. Hazme
tú un regalo.
Grettel le dio una aguja.
Juan cogió la aguja y la prendió en una carga de paja, volviendo a su casa
detrás del carro, muy contento.
‑Buenas tardes, madre.
‑Buenas tardes, Juan. ¿De
dónde vienes?
‑De casa de Grettel.
‑¿Qué le has llevado?
‑No le he llevado nada. Pero
ella me ha hecho un regalo.
‑¿Qué te ha regalado?
‑Una aguja.
‑¿Qué has hecho de ella?
‑La prendí en una carga de
paja.
‑Eres bobo, Juan. Debías
habértela prendido en la manga.
‑Bueno, madre. Otra vez así
lo haré.
***
‑¿Adónde vas, Juan?
‑A casa de Grettel.
‑¡Pórtate bien!
‑Descuida, madre. Adiós.
‑Adiós, Juan.
Juan va a casa de Grettel.
‑Buenos días, Grettel.
‑Buenos días, Juan. ¿Qué me
traes?
‑No te traigo nada. ¿Qué me
das tú?
Grettel le da un cuchillito.
‑Adiós, Grettel.
‑Adiós, Juan.
Juan toma el cuchillito y se
lo prende en la manga, volviéndose a su casa.
‑Buenas tardes, madre.
‑Buenas tardes, Juan. ¿De
dónde vienes?
‑De casa de Grettel.
‑¿Qué le llevaste?
‑No le llevé nada.
‑¿Qué te dio ella?
‑Me dio un cuchillito.
‑¿Dónde lo traes, Juan?
‑Prendido en la manga.
‑Eres bobo, Juan. Tenías que
habértelo metido en el bolsillo.
‑Descuida, madre. Otra vez
lo haré así.
***
‑¿Adónde vas, Juan?
‑A ver a Grettel, madre.
‑¡Mira que te portes bien!
‑Descuida, madre. Adiós.
‑Adiós, Juan.
Juan llega a casa de
Grettel.
‑Buenos días, Grettel.
‑Buenos días, Juan. ¿Me
traes alguna cosa bonita?
‑No te traigo nada. ¿Qué
tienes tú para mí?
Grettel le da un corderillo.
‑Adiós, Grettel.
‑Adiós, Juan.
Juan toma el corderillo, le
ata las patas y se lo mete en el bolsillo, a la fuerza.
Cuando llegó a casa, el
corderillo estaba asfixiado.
‑Buenas tardes, madre.
‑Buenas tardes, Juan. ¿Dónde
has estado?
‑Fui a ver a Grettel, madre.
‑ ¿Qué le regalaste?
‑No le regalé nada. Pero
ella me dio una cosa.
‑
¿Qué te dio Grettel?
‑Me dio un corderillo.
‑ ¿Qué has hecho de él?
‑ Me lo metí en el bolsillo,
madre.
‑¡Mira que eres bobo! Debías
habértelo traído detrás, arrastrando con una cuerda.
‑No importa, madre. Otra vez
lo haré.
***
¿Adónde vas, Juan?
‑Madre, a ver a Grettel.
‑Que te portes bien...
‑Descuida, madre. Adiós.
‑Adiós, Juan.
Juan ve a Grettel.
‑Buenos días, Grettel.
‑Buenos días, Juan. ¿Qué me
traes?
‑No te traigo nada. ¿Qué
tienes para mí?
Grettel le dio un jamón.
‑Adiós, Grettel.
‑Adiós, Juan.
Juan tomó el jamón, le ató
una cuerda alrededor y lo arrastró tras de sí. Los Perros le siguieron y se
comieron el jamón. Cuando llegó a su casa, llevaba la cuerda en la mano, pero a
su extremo no había nada.
‑Buenas tardes, madre.
‑Buenas tardes, Juan. ¿Qué
has hecho por ahí?
‑Estuve con Grettel, madre.
‑¿Qué le llevaste?
‑No le llevé nada. Pero ella
me dio una cosa muy buena.
‑¿Qué te dio, Juan?
‑ Me dio un jamón.
‑¿Qué has hecho del jamón,
Juan?
‑Lo até con una cuerda y lo
arrastré tras de mi. Mas los perros se lo han comido.
‑Eres lo más bobo que hay en
el mundo. Tenías que haberlo traído sobre la cabeza.
‑No importa, madre. Otra vez
lo haré así.
***
‑¿Adónde vas, Juan?
‑Madre, a ver a Grettel.
‑A ver cómo te portas.
‑Descuida, madre. Adiós.
‑Adiós, Juan.
Juan llega a casa de
Grettel.
‑Buenos días, Grettel.
‑Buenos días, Juan. ¿Qué me
traes?
‑No te traigo nada. ¿Qué hay
para mí?
Grettel da a Juan un
ternero.
‑Adiós, Grettel.
‑Adiós, Juan.
Juan toma el ternero y se lo
pone sobre la cabeza.
El animal le patea la cara.
‑Buenas tardes, madre.
‑Buenas tardes, Juan. ¿Dónde
has estado?
‑Madre, fui a ver a Grettel.
‑¿Qué le llevaste?
‑No le llevé nada, madre.
Pero ella me hizo un regalo.
‑¿Qué te regaló, Juan?
‑Me dio un ternero, madre.
‑¿Qué has hecho del ternero,
Juan?
‑Lo traje sobre mi cabeza y
me pateó toda la cara, madre.
‑Eres más que bobo, Juan.
Tenías que haberlo traído atado con una cuerda y dejarlo en el establo.
‑Descuida, madre. El próximo
día lo haré.
***
‑¿Adónde vas, Juan?
‑Madre, a ver a Grettel.
‑Pórtate bien, Juan.
‑Está bien, madre. Adiós.
‑Adiós, Juan.
Juan se dirigió a casa de
Grettel.
‑Buenos días, Grettel.
‑Buenos días, Juan. ¿Qué me
traes?
‑No te traigo nada. Pero
quiero que me des algo.
‑Te doy mi persona, Juan.
Juan ató a Grettel con una
cuerda y se la llevó a casa, donde la metió en el establo, dejándola allí bien
sujeta. Después se fue a ver a su madre.
‑Buenas tardes, madre.
‑Buenas tardes, Juan. ¿Dónde
has estado?
‑En casa de Grettel, madre.
‑¿Qué le llevaste?
‑No le llevé nada.
‑¿Qué te dio Grettel?
‑No me dio nada. Se vino
conmigo.
‑¿Dónde has dejado a
Grettel?
‑La até al establo con una
cuerda.
‑Eres un estúpido. Lo que
tenías que hacer era echarle el ojo.
‑Descuida, madre. Así lo
haré.
Juan se fue al establo, sacó
los ojos a vacas y terneras, y se los echó a Grettel a la cara.
Grettel se enojó, rompió la
cuerda y se escapó a todo correr.
Sin embargo... Grettel se
casó con Juan.
1.018. Grimm (Jacob y Wilhem)
No hay comentarios:
Publicar un comentario