Había una vez dos
hermanas, una de las cuales no tenía hijos y era muy rica, y la otra tenía
cinco hijos, era viuda y muy pobre, y tan pobre que llegó un momento en que no
tenía lo suficiente para satisfacer sus necesidades y las de sus hijos.
En su necesidad, la
hermana pobre fue donde la rica y le dijo:
-"Mis hijos y
yo estamos sufriendo por el hambre. Tú, que eres rica, regálame un bocado de
pan para nosotros."
La hermana muy rica,
que tenía su corazón más duro que una roca le dijo:
-"Yo misma no
tengo nada en esta casa." -y la despidió diciéndole palabras groseras.
Poco después llegó
el esposo de la hermana rica a su casa, y cuando cortó un pedazo de pan para
él, brotó del pan sangre roja. Cuando la mujer vio aquello, se aterrorizó, y le
contó lo que recién había ocurrido.
Él corrió entonces a
ayudar a la viuda y sus niños, pero al llegar la encontró rezando. Ella tenía a
los dos niños menores en sus brazos, y los tres mayores yacían muertos. Él le
ofreció darles alimentos, pero ella contestó:
-"Por alimento
terrestre, ya no tenemos deseos. Dios ya alivió el hambre de tres de nosotros,
y el también oirá las súplicas de los que quedamos."
No más había
terminado de pronunciar aquellas palabras cuando los dos menores dieron su
último suspiro, y ella, con su corazón despedazado, cayó también muerta.
1.018. Grimm (Jacob y Wilhem)
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